lunes, 4 de mayo de 2015

Emociones Concretas

Jennifer Mishel Albizures Sirin.
Carné: 201503039
María, de Jorge Isaacs representa profundos sentimientos, una mezcla de amor, sacrificio, dolor y pérdida. Una novela nostálgica, que ha formado parte del patrimonio cultural de Colombia, hogar del desarrollo de la historia y de su autor. Desde el primer capítulo envuelve al lector, haciendo que éste forme parte del ambiente, de la familia y del amor entre Efraín y María, un amor corrompido por la distancia, la enfermedad y la mirada social. Sesenta y cinco capítulos, adaptados al cine y a otras ramas de la cultura y el arte, transmitidos de generación en generación; un libro que por su alto impacto en los años del romanticismo ha dejado un legado en los corazones de quienes de una u otra forma han logrado llenar un vacío dentro de su biblioteca personal.

Desde un punto de vista social, era normal que las mujeres contrajeran matrimonio desde muy temprana edad, los cuales eran arreglados por los padres, quienes velaban por un interés económico y social. De esta manera se conservaba los valores morales y la descendencia segura; No obstante, en el caso de María y Efraín, como en gran variedad de casos actuales, sufrieron las consecuencias del amor tardío y mal entendido.

La comunicación entre dos personas puede darse de manera casual, rápida y precisa, basta una mirada, un sonido o una palabra, para proyectar las emociones, ideas y opiniones que se desean transmitir. En el caso del amor entre dos personas que teniendo un mismo sentimiento no logran concretar a tiempo la comunicación, puede tender a darse malos entendidos o “falsas ideas”. Con el paso del tiempo, los sentimientos se fortalecen, las esperanzas crecen y la vida se termina, es por ello que al momento de tener la oportunidad, es necesario actuar y enfrentar las consecuencias.

María y Efraín, enfrentaron juntos los obstáculos que se trazaban en el camino, al concretar su amor, aceptaron todo aquello que conllevaría formar una unión. La felicidad puede llegar a ser plena cuando sé es correspondido, aunque “no hay dos glorias  juntas” la vida nos muestra ambos lados de la moneda, donde una cara es amigable, honesta, maravillosa y reconfortante; donde la familia es pilar importante, los amigos escuchan y la persona amaba es feliz. Cuándo un factor de todos aquellos que fundamentan nuestra felicidad muestra el lado oscuro de la moneda, la enfermedad, la soledad, la distancia y la falta de fe.
La novela nostálgica de Isaacs, representa aquellos factores, que envolvieron a Efraín y María en la soledad, al no poder verse, a la suposición, gracias a la enfermedad de ella. María quién tanto le profeso amor y gratitud, donde su alma bondadosa hizo justicia al donarle una parte de ella, su cabello.

Quizás nuestro paso por la vida de alguien más sea breve, triste o feliz, de cualquier manera, dejamos una huella física y emocional imborrable. María dejo en la memoria de Efraín, momentos que desde la niñez, forjaron el amor que de adultos les fue inevitable demostrar. Momentos que entre silencios y las clases de geografía, como una serie de imágenes consecutivas, hicieron de la vida de ambos una sola.

Dos versiones del mismo amor, desde los ojos soñadores de María fue sacrificio, lucha y entrega, detalles que le otorgaba entre las flores del jardín y las despedidas. Para Efraín fue promesa y gratitud, demostrarle que había un futuro, una cura y una solución.


En conclusión, la vida es un momento, prestado e ingrato. Nos dejamos llevar por los impulsos, las suposiciones y las influencias de los demás. El criterio propio es fundamental para realizar una comunicación funcional. Al dejarnos llevar por la superficialidad, dejamos escapar oportunidades, anhelos, soluciones. El amor lleva, a veces un tinte tardío. Lo tenemos enfrente la mayoría de veces, aunque en nuestra actualidad la comunicación es fácil, rápida, inmediata y tecnológica; el amor sigue siendo un misterio, del que vamos aprendiendo con los daños. Aunque seamos libres de escoger, la libertad de pensamiento no expresado, quizás aún sea atadura para conseguir la felicidad.


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