lunes, 4 de mayo de 2015

Un Amor Transparente

El tema principal de la novela literaria “María” es el amor. Su amor es espontáneo, un amor puro, ideal en el más alto grado de romanticismo. También posee cierto sensualismo, algo de fetichismo, muy delicado y cándido por parte de Efraín quien se extasía en más de una ocasión besando y observando las prendas de María.

Él no duda en hacer elogios muy detenidos del cuerpo de ella. Sus codos, la blancura de sus brazos, su cuello y sus manos, los pies desnudos que la joven pretende cubrir en actos púdicos, son materia de largas descripciones que indican pasión velada con delicadeza de palabras respetuosas.

Este amor es eterno y al mismo tiempo trágico, funesto, irrealizado. En "María" se encuentra el amor que aguarda, la paciencia pura, la resignación que jamás es vencida y que, al contrario, se acrecienta con los obstáculos. Es el amor que destruye la materia antes que agotarse en sí mismo. En ella el amor todo lo puede porque es espiritual. Aunque la novela toca otros temas importantes, desde un comienzo entendemos que este sentimiento ocupará la generalidad de la obra, porque "María" sólo se puede concebir como símbolo de amor. A lo largo de la obra, sus actitudes, pensamientos y conductas están a su servicio. No hay un solo episodio donde nos encontremos con una María diferente a la María-amor, y no hay un pasaje de amor en donde no aparezca la imagen de María como modelo indicativo de lo que es o debe ser un verdadero sentimiento amoroso, a pesar de que en aquellos se halle el ideal de antemano. Ella es la perfección, ella es amor.

En la obra el autor logra materializar sus sentimientos amorosos en el parlamento de Efraín: ¡Primer amor! … Noble orgullo de sentirnos amados: sacrificio dulce de todo lo que antes nos era caro a favor de la mujer querida; felicidad que compraba para un día con las lágrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios; perfume para todas las obras del porvenir; luz inextinguible del pasado; flor guardada en el alma y que no es dado marchitar a los desengaños; único tesoro que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres; delirio delicioso… inspiración del cielo…¡María! ¡María! ¡Cuánto te amé! ¡Cuánto te amara!

By: Jessica Julissa Prado Ordoñez
Carné: 201503115


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