El tema principal de la
novela literaria “María” es el amor. Su amor es espontáneo, un amor puro, ideal
en el más alto grado de romanticismo. También posee cierto sensualismo, algo de
fetichismo, muy delicado y cándido por parte de Efraín quien se extasía en más
de una ocasión besando y observando las prendas de María.
Él no duda en hacer elogios
muy detenidos del cuerpo de ella. Sus codos, la blancura de sus brazos, su
cuello y sus manos, los pies desnudos que la joven pretende cubrir en actos
púdicos, son materia de largas descripciones que indican pasión velada con
delicadeza de palabras respetuosas.
Este amor es eterno y al
mismo tiempo trágico, funesto, irrealizado. En "María" se encuentra
el amor que aguarda, la paciencia pura, la resignación que jamás es vencida y
que, al contrario, se acrecienta con los obstáculos. Es el amor que destruye la
materia antes que agotarse en sí mismo. En ella el amor todo lo puede porque es
espiritual. Aunque la novela toca otros temas importantes, desde un comienzo
entendemos que este sentimiento ocupará la generalidad de la obra, porque
"María" sólo se puede concebir como símbolo de amor. A lo largo de la
obra, sus actitudes, pensamientos y conductas están a su servicio. No hay un
solo episodio donde nos encontremos con una María diferente a la María-amor, y
no hay un pasaje de amor en donde no aparezca la imagen de María como modelo
indicativo de lo que es o debe ser un verdadero sentimiento amoroso, a pesar de
que en aquellos se halle el ideal de antemano. Ella es la perfección, ella es
amor.
En la obra el autor logra
materializar sus sentimientos amorosos en el parlamento de Efraín: ¡Primer
amor! … Noble orgullo de sentirnos amados: sacrificio dulce de todo lo que
antes nos era caro a favor de la mujer querida; felicidad que compraba para un
día con las lágrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios;
perfume para todas las obras del porvenir; luz inextinguible del pasado; flor
guardada en el alma y que no es dado marchitar a los desengaños; único tesoro
que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres; delirio delicioso…
inspiración del cielo…¡María! ¡María! ¡Cuánto te amé! ¡Cuánto te amara!
By: Jessica Julissa Prado Ordoñez
Carné: 201503115
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